Por Charlotte Wilson
¿Usted Ora? Casi todas las religiones utilizan la oración de alguna forma, e incluso aquellos que no se suscriben a un sistema de creencias pueden haberse encontrado a sí mismos pronunciando una oración desesperada y franca. Yo oro, y soy miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (a menudo inadvertidamente denominada como la Iglesia Mormona). De hecho, yo oro mucho. ¿Qué siente cuando ora? ¿Siente que Dios escucha sus oraciones? ¿Las responde? Yo creo que Dios realmente contesta todas y cada una de nuestras oraciones, y con frecuencia esas respuestas no son lo que esperamos o queremos. Pero Él las responde.
¿Qué es exactamente una oración?
Antes de hablar sobre lo que parece cuando Dios contesta sus oraciones, debemos establecer lo que es la oración en realidad. En un instrumento de referencia Mormón llamado Diccionario Bíblico, aprendemos que “orar es el acto por el cual la voluntad del Padre, y la voluntad del hijo se ponen en correspondencia entre sí”. La naturaleza de nuestras oraciones debe ser fundada en la relación que tenemos con Dios como Sus hijos. Debido a esta base espiritual íntima que tenemos con nuestro Padre Celestial, la oración debe ser una forma instintiva para que nos comuniquemos con él.
La oración es la mejor manera que tenemos de comunicarnos con Dios. No sólo podemos comunicarle nuestros deseos y necesidades, sino, la oración es también el conducto a través del cual Él nos revela Su voluntad para nuestras vidas. El Diccionario de la Biblia continúa diciendo que el objetivo de la oración no es cambiar la voluntad de Dios, sino asegurar para nosotros mismos y para otras personas las bendiciones que Dios ya está dispuesto a conceder, pero que están condicionadas a que se las pidamos. Las bendiciones requieren algo de trabajo o esfuerzo de nuestra parte antes de que podamos obtenerlas. La oración es una forma de trabajo, y es un medio señalado para lograr la más alta de todas las bendiciones.
Todos deberíamos querer orar a nuestro Padre Celestial, porque Él nos ama y quiere bendecirnos. Él puede promulgar Sus bendiciones en nuestra vida de manera más fácil si le permitimos estar en nuestros corazones a través de la oración.
Algunas respuestas vienen de forma directa
Las respuestas vienen de diversas formas. A veces vienen en formas muy directas y específicas, como si usted estuviera buscando un puesto de trabajo o tratando de ganarse la vida. Con frecuencia Dios depende de otros para dar respuestas a las oraciones, y por eso debemos hacer todo lo posible para estar cerca de Su Espíritu para que seamos receptivos a los susurros espirituales. Hasta las respuestas a las preocupaciones temporales no siempre vienen en la forma en que esperamos. Usted puede recibir una oportunidad de trabajo en un campo que no está familiarizado, o en un lugar que le requerirá mudarse. A veces Dios enviará fondos a su camino para mantener sus finanzas a flote hasta que encuentre el empleo correcto. Mantenga una mente abierta sobre estas respuestas, y recuerde que Dios está pendiente de nosotros y nos ama.
Dios nos ha dado una manera de interpretar Sus respuestas
A veces nuestras oraciones pueden contener preguntas que no pueden ser respondidas de una manera física, por ejemplo, orar para saber a qué universidad ir o con quién casarse. Dios nos ha dado la revelación específica para saber cómo interpretar las respuestas a este tipo de oraciones. En Doctrina y Convenios, un libro de la revelación moderna dada a José Smith cuando él restableció la Iglesia de Jesucristo en los 1800, se encuentra una dirección específica sobre este asunto:
Pero he aquí, te digo que debes estudiarlo en tu mente; entonces has de preguntarme si está bien; y si así fuere, haré que tu pecho arda dentro de ti; por tanto, sentirás que está bien.
Mas si no estuviere bien, no sentirás tal cosa, sino que te sobrevendrá un estupor de pensamiento que te hará olvidar lo que está mal.
De esto aprendemos que si tenemos una pregunta para Dios, debemos asegurarnos de que realmente la hemos estudiado. Así que si tiene varias opciones de trabajo estudie cada una y tome una decisión provisional sobre cuál cree que es la mejor y luego lleve esa respuesta al Señor. Si su elección está en consonancia con Su voluntad, entonces usted va a sentir que su corazón se llena de paz. Si no es el camino correcto para usted, entonces usted se sentirá inquieto e indeciso.
He utilizado esta guía muchas veces en mi vida. Una vez fui aceptada en un programa de estudios en el extranjero en la universidad. Yo estaba tan emocionada de ir, pero no tenía los fondos disponibles para pagar por ello. Investigué varias maneras en que podría cubrir el costo, pero con ninguno de ellos me sentía bien, así que decidí no ir. Tan pronto como tomé la decisión de retirarme del programa, me sentí en paz y se abrió otra opción de educación para el verano.
Dios confía en nosotros
A veces es posible que no sienta ninguna respuesta. Esto sucede a veces. Élder Richard G. Scott, miembro del Quórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo, se dirigió a esta frustración específica:
¿Qué puedes hacer cuando te has preparado cuidadosamente, has orado con fervor y has esperado un tiempo razonable para recibir una respuesta, y sigues sin sentirla? Cuando vives dignamente y lo que has elegido está de acuerdo con las enseñanzas del Salvador y necesitas actuar, sigue adelante con confianza. (“Utilizar el don supremo de la oración”, abril 2007)
Recibí esta respuesta, el sentimiento de que no era respuesta, cuando estaba decidiendo si debía servir o no en una misión para La Iglesia de Jesucristo. Tan pronto como me di cuenta de que Dios me estaba confiando el tomar la decisión correcta, procedí con lo que yo quería hacer. (En mi caso he decidido no servir en una misión de tiempo completo.)
Recibir respuestas a las oraciones debe ser un proceso de aprendizaje, en la que recibe la instrucción de nuestro Padre Celestial acerca de Su vida, de aceptar y conocer Su voluntad.
Las respuestas pueden no venir cuando las queremos
Las respuestas a nuestras oraciones no suelen llegar en el momento en que las queremos. A veces podemos orar por años antes de recibir una respuesta concreta. Nuestras oraciones pueden estar llenas de solicitudes a Dios para librarnos de una aflicción, o para bendecir a un ser querido, y es difícil cuando esas oraciones no son respondidas en nuestra línea de tiempo. Debemos darnos cuenta, sin embargo, que Dios tiene su propia línea de tiempo, y que es mucho mejor que la nuestra.
Debemos confiar en que Dios sabe lo que es mejor para nosotros y que algún día va a entender su voluntad en su totalidad. Élder Jeffrey R. Holland, otro miembro del Quórum de los Doce Apóstoles, dio una perspectiva compasiva sobre este asunto: “Algunas bendiciones llegan pronto, otras tardan más, y otras sólo llegan en el cielo. Pero para los que aceptan el Evangelio de Jesucristo, llegarán. Al final, todo estará bien. Confíen en Dios y crean en las cosas buenas que vendrán.” (“Cosas buenas que vendrán“).
Recuerde que la oración es la mejor manera de conectarnos con nuestro Padre Celestial. Recuerde que Él siempre se acuerda de nosotros y de nuestras necesidades, que de verdad Él conoce nuestras necesidades incluso más profundamente que nosotros lo hacemos. Confía en Sus respuestas, y confía en que vendrán.
Si desea saber más acerca de la oración y las respuestas a la oración, ¡usted puede preguntar a un misionero mormón!