¿Qué significa la Navidad para usted? ¿Regalos? ¿Luces? ¿Dar? ¿Pasar tiempo con la familia? ¿Comer comida deliciosa? Todas estas cosas son maravillosas y buenas. Todas me encantan. Pero más que eso me encanta la fuente de todo ello, nuestro Salvador Jesucristo. Su nacimiento fue realmente “bellamente sencillas y sencillamente bellas” (Russell M. Nelson, “Preparémonos para las bendiciones del templo“, Liahona, octubre de 2010). Debido a Ssu origen humilde, y sin embargo majestuoso, tenemos razones para celebrar.
Como miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (algunas veces equivocadamente llamada la “Iglesia Mormona”) me ha encantado aprender acerca del nacimiento del Salvador, la verdadera razón por la que celebramos la Navidad, tanto de la Biblia y del Libro de Mormón. La enseñanza sobre la cual me encanta aprender más, acerca de Su nacimiento físico, es que cuando Él nació trajo consigo luz.
Sabemos que en la tierra de Judea una estrella vino para que todos vean, que el niño en Belén, el Salvador del mundo, llegó al mundo. Y en el continente americano, registrada en el Libro de Mormón, la profecía de Samuel el Lamanita se cumplió, en la noche del nacimiento de nuestro querido Rey: “Y he aquí, esto os daré por señal al tiempo de su venida: porque he aquí, habrá grandes luces en el cielo, de modo que no habrá obscuridad en la noche anterior a su venida, al grado de que a los hombres les parecerá que es de día” (Helamán 14:3).
¿No es una maravilla que tengamos luces de Navidad en nuestras casas, los árboles, y cualquier otra cosa que podamos tener en nuestras manos? ¿No es una maravilla que la luz en los ojos de un niño se ilumina con una gran alegría al recibir su propio regalo de Navidad? Jesucristo dio Su vida, en toda manera posible, y al hacerlo, Su vida seguirá iluminando el mundo, aunque sea mediante la emulación de Sus enseñanzas en nuestra vida con la celebración de la Navidad con las citadas tradiciones atesoradas.
Jesucristo es la “luz del mundo” y Él es el motivo de alegría durante esta temporada de Navidad. Como el profeta mormón, Thomas S. Monson, dijo:
La Navidad es el espíritu de dar sin pensar en recibir. Es la felicidad porque vemos alegría en la gente. Es olvidarse de uno mismo y encontrar tiempo para los demás. Es descartar las cosas que no tienen un significado y enfatizar los valores verdaderos. Es la paz, porque hemos encontrado la paz en las enseñanzas del Salvador. Es el momento en que nos damos cuenta más profundamente que cuanto más amor se da, más amor hay para los demás (ver Noticias de la Iglesia SUD).
Este artículo fue escrito por Ashley Bell, miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Recursos adicionales:
Creencias básicas y verdaderos mormones
Señor Jesucristo en el mormonismo
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ashley – que ha escrito 20 artículos en Jesucristo.
Ashley Bell es una esposa y madre, de 22 años de edad, graduada de BYU y miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. A Ashley le encanta correr, cocinar, arreglar el jardín, leer, y sobre todo pasar tiempo con la familia y los amigos.