prayer-mormonLa oración es un don que tiene la intención de fortalecer nuestra relación con el Padre Celestial y con Jesucristo.  De acuerdo con las creencias de los mormones, se ora al Padre en el nombre de Su hijo, Jesucristo.  Durante Su ministerio terrenal, Jesús nos enseñó que a través de la oración, podemos buscar el consuelo y la guía de nuestro Padre Celestial.  A través de la oración, podemos recibir inspiración y la confirmación de que las decisiones que estamos tomando son las correctas.

Jesucristo enseñó a Sus discípulos a orar.  En Lucas, capítulo 11, Él enseña a los discípulos a orar al Señor y hablar con Él como si fuera un padre.  Él les dice que oren para honrar a Dios y reconocer su dependencia en Él.  Él les dice que pidan a Dios que los cuide y los proteja.  Jesús enseñó a Sus discípulos a ser persistentes al momento de pedir algo a Dios. Él nos dice que una persona puede orar a Dios en cualquier momento, en cualquier situación.  Jesús nos promete que Dios escucha y contesta nuestras oraciones.  Dios enseñó a los discípulos la oración del Señor.  La Oración del Señor fue dada como un modelo que debemos seguir.  Los mormones creen en la importancia de decir oraciones personales diariamente a nuestro Padre Celestial.  En Mateo 6:9, Jesús dice que no usemos repeticiones vanas al orar.  Las oraciones deben ser personales y sinceras.

Jesús dependía de la oración para buscar el consejo y la guía de nuestro Padre Celestial durante Su ministerio terrenal.  Antes de Su crucifixión, Jesús oró al Padre Celestial en el Huerto de Getsemaní.  Le pidió al Señor que lo absuelva de tal dolor diciendo: “Padre, si quieres, pasa de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad sino la tuya” (Lucas 22:42) Jesús usó la oración para pedir al Señor.  Tenemos que usar la oración para fortalecer nuestra relación con el Padre Celestial, al igual que lo hizo Jesús cuando imploró por Su vida.

Los mormones toman el sacramento en las reuniones semanales de la Iglesia.  El sacramento es cuando los miembros participan del pan y del agua para recordar sus convenios con el Señor.  Se pronuncia una oración sobre el pan y el agua, que puede representar el cuerpo de Jesucristo.  La oración fue iniciada por Cristo en la Última Cena con Sus discípulos.  El propósito de la bendición es la misma hoy.  La oración sacramental nos ayuda a recordar el sacrificio de Cristo.

La oración puede proporcionar alivio durante los momentos más difíciles y dolorosos de nuestra vida.  En el nombre de Jesucristo, podemos hablar con nuestro Padre Celestial.  En Juan 15:16, Jesús nos dice que “Para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé…”  Años más tarde, José Smith se arrodilló en una arboleda a saber a qué la iglesia debía unirse.  Dios se le apareció, diciéndole que iba a comenzar su propia iglesia.  Gracias a la oración sencilla, humilde, pronunciada por José Smith tenemos un Evangelio restaurado.  Jesús nos asegura que si pedimos con corazón sincero, todas las cosas se nos revelarán en el tiempo de Dios.

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