La Deidad está compuesta de Dios, Jesucristo y el Espíritu Santo. Los mormones creen que son tres diferentes seres que son uno en propósito. Cada uno tiene distintas funciones en el logro de esta misión, de llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre.

mormon-gift-holy-ghostEl Espíritu Santo no tiene un cuerpo glorificado de carne y hueso al igual que el Padre Celestial y Jesús, pero en cambio tiene la forma de un espíritu, permitiéndole morar dentro de nosotros. La función del Espíritu Santo es el de ser compañero de todos aquellos que son dignos y de testificar de la veracidad del Evangelio de Jesucristo.

De acuerdo con las creencias mormonas, Jesús enseñó a la gente sobre el Espíritu Santo. En el Nuevo Testamento, Él advirtió que todos los pecados pueden ser perdonados, excepto la blasfemia contra el Espíritu Santo, que es mirar a Cristo por el poder del Espíritu Santo, y luego negarlo. Jesús nos invita a ser dignos de la compañía del Espíritu Santo en todo momento, porque cuando no somos dignos, Él nos dejará. El Espíritu Santo no puede habitar en lugares profanos. A lo largo de Su vida, Jesús nos enseñó el poder del Espíritu Santo. Cuando Jesús enseñó a las masas, era el Espíritu Santo, quien confirmó a ellos que las cosas que enseñó eran ciertas.

El Espíritu Santo puede ser sentido por cualquiera. Sin embargo, la compañía constante del Espíritu Santo sólo puede ser recibida por el bautismo. Cuando Jesús fue bautizado, leemos que el Espíritu Santo descendió en la forma de paloma, y era Su compañero constante a lo largo de Su vida. El Espíritu Santo nos ayudará a sentir el amor de Cristo y nos influye para tomar decisiones sabias. El Espíritu Santo sabe todas las cosas y puede guiarnos a conocerlos acontecimientos futuros. El Espíritu Santo también nos puede advertir del peligro y nos motiva a acciones correctas.

En Juan 14: 26, leemos, “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho”. Él apoya y respalda todas las enseñanzas de Cristo a nosotros. Él es un maestro como Cristo lo es. Tanto Él y Cristo son testigos de Dios y de la veracidad de Su evangelio.

Sí, he aquí, hablaré a tu mente y a tu corazón por medio del Espíritu Santo que vendrá sobre ti y morará en tu corazón (Doctrina y Convenios 8:2).

Y además, sucederá que a cuantos bautices con agua, les impondrás las manos y recibirán el don del Espíritu Santo, y esperarán las señales de mi venida y me conocerán (Doctrina y Convenios 39:23).

Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente (I Corintios 2:14).

Pero el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley (Gálatas 5:22, 23).

No hay nada en esta vida que valga más que el don divino del Espíritu Santo; es la fuente de gozo, paz, conocimiento, fuerza, amor y todo lo que es bueno. Con la Expiación, es el poder por medio del cual podemos ser cambiados y fortalecidos en lo que seamos débiles. Con el sacerdocio, es el poder mediante el cual los matrimonios y http://familiasmormonas.com/ se sellan juntos por la eternidad; es el poder por el cual el Señor se manifiesta a los que creen en Él. Toda cosa buena depende de obtener y conservar el poder del Espíritu Santo en nuestra vida. Todo depende de eso (Liahona, Nov 2008, 35).

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