Para cumplir toda justicia por Liz Lemon Swindle mormon

Para cumplir toda justicia por Liz Lemon Swindle

“Creemos que los primeros principios y ordenanzas del Evangelio son: primero, Fe en el Señor Jesucristo; Segundo, Arrepentimiento; tercero, Bautismo por inmersión para la remisión de los pecados; cuarto, Imposición de manos para comunicar el don del Espíritu Santo.  Este es el cuarto artículo de fe, que resume algunos de los principios más fundamentales del mormonismo.  Creemos que el bautismo es necesario para toda persona que desee entrar en el Reino de Dios.

El proceso del bautismo es simbólico.  La sumersión en el agua representa que la absolución de los pecados.  El bautismo hace que uno sea puro y limpio, libera a una persona del juicio de Dios por las acusaciones del pasado.  El bautismo también representa la muerte o el entierro y la resurrección como un nuevo ser.  Es el símbolo del nuevo nacimiento.  La persona literalmente nace otra vez de manera espiritual.

Ahora os digo que debéis arrepentiros y nacer de nuevo; pues el Espíritu dice que si no nacéis otra vez, no podéis heredar el reino de los cielos. Venid, pues, y sed bautizados para arrepentimiento, a fin de que seáis lavados de vuestros pecados, para que tengáis fe en el Cordero de Dios, que quita los pecados del mundo, que es poderoso para salvar y para limpiar de toda iniquidad (Alma 7:14)

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo que el que no naciere de nuevo no puede ver el reino de Dios (Juan 3:3)

Jesucristo enseñó con el ejemplo.  Los mormones intentan seguir el ejemplo de Cristo y ser como Él en todas las cosas.  Jesús le pidió a Juan el Bautista que lo bautizara en el río Jordán.  Juan no entendía por qué un ser perfecto tenía que ser bautizado.  Leemos en Mateo 3:15 que “nos conviene cumplir toda justicia”.  Jesucristo era un hombre sin pecado, pero aún así fue bautizado para sentar un precedente para sus seguidores.  Poco después del bautismo de Jesús, sus seguidores fueron bautizados.  Más tarde, José Smith reveló en 1829 a través de qué método y autoridad, las personas iban a ser bautizadas en los tiempos modernos.  Por medio de la revelación, el Señor ha dispuesto que sus discípulos, después de un verdadero arrepentimiento, deben ser bautizados por inmersión por una autoridad que posea el sacerdocio de Dios.

El bautismo humilla al hombre ante Dios.  El bautismo es un contrato entre Dios y el hombre. Si uno toma sobre sí el nombre de Jesús en todo momento y guarda Sus mandamientos, Él perdonará nuestros pecados y nos llevará a vivir en el cielo con Él.  El bautismo es una forma de mostrar nuestro compromiso con el Padre Celestial.  El bautismo nos permite declarar y mostrar públicamente nuestra devoción a Dios.  El bautismo es un símbolo de nuestro sacrificio y devoción a Dios.  Las Escrituras nos dicen que nos debemos bautizar para entrar en el reino de Dios.

Y cualquiera que crea en mí, y sea bautizado, éste será salvo; y son ellos los que heredarán el reino de Dios (3 Nefi 11:33).

Uno debe tener la debida autorización para bautizar.  Los mormones creen que sólo los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que poseen el Sacerdocio Aarónico tienen las llaves del bautismo.  Las llaves fueron entregadas por Juan el Bautista (que apareció como un ser resucitado) a José Smith, Jr. y Oliverio Cowdery cuando se restauró la Iglesia.  No cualquiera puede llevar a cabo bautismos.  El poder de bautizar viene del Señor.  En 3 Nefi 11:19-21, el Señor da a Nefi el poder de bautizar en Su nombre.  La autoridad debe ser válida, proveniente del Señor.

Con el fin de ser dignos del bautismo, hay que tener un testimonio fundamental de Jesucristo.  Uno debe comprometerse a seguir Sus enseñanzas y Su ejemplo.  La persona debe arrepentirse de sus pecados antes del bautismo.  Los bautismos en la Iglesia Mormona se realizan generalmente a la edad de ocho años, aunque las personas pueden ser bautizadas a cualquier edad después de los ocho años, que se llama la “edad de la responsabilidad”.  Los bautismos de los infantes no se llevan a cabo en la Iglesia Mormona ya que “los niños son incapaces de cometer pecado” (Moroni 8:4-23).

Jesús no sólo nos da la oportunidad de ser bautizados, sino que cuando somos bautizados y confirmados miembros de la Iglesia Mormona, podemos recibir el don del Espíritu Santo.  El Espíritu Santo es un miembro de la Trinidad y es un compañero constante.  Él nos puede guiar y ayudar a tomar decisiones sabias.  Él puede consolarnos cuando nos sentimos débiles y solos.  Después de que Jesús fuera bautizado, el Espíritu Santo se apareció en forma de una paloma para dar una sensación de amor y paz.

El principal objetivo del bautismo es llevar a las personas hacia Cristo.  A través del bautismo, se nos da el camino para volver a nuestro Padre Celestial ya que es la puerta al camino recto y estrecho que conduce a Su reino.

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