Es parte de la naturaleza humana querer estar a cargo de nuestras propias vidas. Las decisiones cruciales que nos afectan pueden ser muy aterradoras. Sin embargo, nosotros vemos el mundo de forma limitada. No hay forma de ver qué sucederá en un futuro.

noah-ark-mormonLas Escrituras contienen muchas historias de personas que fueron obligadas a confiar en los consejos de Dios incluso cuando la sabiduría del consejo no era obvia. Como a menudo se señala, no estaba lloviendo cuando Noé construyó el arca. En el lugar en el que él vivió, probablemente no podía ni imaginarse cómo era una inundación.

La Biblia habla sobre la viuda de Sarepta. Dios le ordenó al profeta Elías ir a Sarepta en tiempo de sequía y hambre, explicándole que Él le había dado instrucciones a la viuda de darle de comer. Cuando Elías la encontró, le pidió pan y agua. Ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir. (1 Reyes 17:12).

Aunque Dios le había dado instrucciones de darle ese pan al profeta, en algún lugar dentro su mente debió haber cierta preocupación por esta situación. Ella ni siquiera tenía lo suficiente para cuidar de sí misma o de su hijo, y a pesar de eso le pidieron que alimentase a un profeta. ¿Por qué él no pudo ir donde alguien que tenía más que ella?

Elías le aseguró diciéndole: “No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo. Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra”.

Ahora, la viuda tenía que tomar una decisión. ¿Debería ella hacer lo que parece lógico y razonable – primero cuidar de sí misma y de su hijo, ya que tenían muy poco, y enviar al profeta a alguien que le podría ofrecer más?… ¿O debería ella confiar en la promesa del profeta y, en consecuencia, en Dios?

Nótese que Elías le dio una orden específica de darle de comer a él primero, después a ella y a su hijo. La viuda tenía que tener fe en Dios, incluso antes de comenzar a cuidar de ella y de su hijo. Además, la viuda no tenía ninguna prueba de que el profeta estuviera diciendo la verdad. Para ella, era un momento de compromiso – tenía que decidir si tenía un testimonio del profeta y de su propia revelación personal de Dios de que ella debía hacer esto.

¿Qué eligió? No tenía días ni horas para pensarlo, orar y tomar una decisión. Sólo tenía un momento para decidir algo que afectaría el resto de su vida e incluso su vida eterna.

15 Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días.

16 Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías.

Con sólo un momento para elegir, la viuda prefirió confiar en la sabiduría de Dios en una situación que parecía totalmente inverosímil. Su vida no fue fácil después de lo ocurrido, o sin pruebas, ella y su hijo vivieron sólo porque confió en Dios.

Con nuestra limitada visión mortal, es imposible ver las posibilidades a largo plazo en una determinada situación. Perder un puesto de trabajo puede parecer, aparentemente, una tragedia, pero al siguiente año, la persona pudo haber realizado su propio negocio exitosamente y luego ver el pasado y celebrar el día en que perdió su trabajo. Al momento de la prueba, no habían bendiciones a la vista, pero un año después, el hombre pudo ver lo que le estimuló a realizar algo que él quería.

Una de las razones por las que Dios nos envió a la tierra fue para que pudiéramos tener experiencias y aprendiésemos a tomar decisiones. Dios sabía que tendríamos dificultades para decidir debido a nuestra visión limitada, así que Él nos dio un recurso para utilizarlo a medida que avanzáramos en nuestras vidas. Él nos dio la capacidad de orar y recibir revelaciones personales que nos guíen a través de las difíciles decisiones que tenemos que tomar.

No se olviden de orar – Greg Olsen

Cada persona tiene la luz de Cristo que los guía desde el nacimiento. Esta luz viene de Dios mediante Jesucristo y es lo que nos testifica lo que es verdadero y lo que es correcto. A veces las personas se refieren a su conciencia, lo que es realmente la luz de Cristo, susurrando lo que está bien y deberíamos de hacer. Cuando una persona decide buscar la verdad sobre Dios y escoge unirse a una iglesia, es la luz de Cristo, no el misionero ni un amigo, que le dirá a la persona lo que es verdadero de una forma que no se pueda negar.

Cuando alguien es bautizado por un poseedor del sacerdocio con la debida autoridad, se convierte en una persona apta para recibir el don del Espíritu Santo, lo que algunos denominan el Santo Espíritu. Las creencias mormonas enseñan que cada persona debe ser bautizada por alguien con autoridad. Después del bautismo, ya sea ese día o poco después, la persona es confirmada como miembro de la iglesia. Esto es realizado por los poseedores del sacerdocio quienes colocan sus manos sobre la cabeza del nuevo converso, lo proclaman un miembro y después le dicen que reciba el don del Espíritu Santo.

El don del Espíritu Santo le permite al miembro de la iglesia tener al Espíritu Santo con él todo el tiempo, mientras vivan dignamente para recibirlo. El Espíritu Santo no puede estar donde existe el mal, entonces la persona que ignora una invitación para sacarlo de una mala situación, o un mensaje de dejar de hacer algo incorrecto, se encontrará solo para enfrentar las consecuencias de sus decisiones.

La guía del Espíritu Santo nos permite acceder a la sabiduría de Dios en toda situación. Cuando estamos a punto de tomar una decisión, el Espíritu Santo nos dirá lo que Dios quiere que hagamos. Mientras seguimos ese consejo, ya sea de la Luz de Cristo o del Espíritu Santo, deberíamos notar los resultados. Si bien algunos resultados podrían no ser evidentes después de muchos años y las opciones de Dios podrían ser incluso más beneficiosas para otros que para usted, nosotros a menudo seremos capaces de ver la sabiduría en el consejo que nos fue dado. Con el tiempo, esto nos ayudará a aprender a confiar en Dios y a seguir Sus instrucciones, incluso cuando la respuesta, con nuestra limitada visión, no parezca tener ningún sentido.

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