De los cuatro evangelios, solamente Mateo y Lucas dan cuenta de la concepción y el nacimiento de Jesús. Escrito desde dos perspectivas diferentes y que contienen detalles diferentes, estas dos narraciones se complementan entre sí y juntas pintan una importante imagen de la natividad, incluyendo que la madre de Jesús se llamaba María, que vivió un tiempo en Nazaret, que Él nacería cerca de Jerusalén, y que Su concepción fue un milagro divino.
Aunque Mateo testifica que María concibió por el poder de Dios, el enfatiza que Jesús era el hijo de David por la genealogía al comienzo de la narración del nacimiento y por su especial interés en el papel de José, padre legal de Jesús. A través de sueños, José recibió instrucciones para desposar a María, aceptar y poner al niño el nombre Jesús, y trasladar a la familia cuando fuera amenazada por Herodes y luego por su hijo Arquelao. Mediante el uso de citas del Antiguo Testamento, Mateo demuestra aún más la forma en que el nacimiento de Jesús cumpliría las profecías mesiánicas.
El relato de Lucas, por otra parte, con frecuencia ilustra la perspectiva de María e incluye más información personal y familiar. Su recuento de la anunciación conserva la conmovedora instrucción angelical que recibió María y su visita a Elizabeth teniendo ambas confirmaciones espirituales con respecto a los papeles que sus hijos tendrían. Además de los detalles de la noche del nacimiento de Jesús, la narrativa de Lucas también incluye relatos sobre el darle un nombre y la circuncisión de Jesús, su presentación en el templo y su enseñanza en el templo cuando tenía doce años de edad.
Algunos de los aspectos de las dos narraciones que los reveladores tradicionales de la historia de la Navidad con frecuencia armonizan, proporcionan detalles interesantes cuando se leen por separado. Mateo no da ninguna indicación de que el mismo José fuera de Nazaret, sugiriendo tal vez que él o su familia eran de Belén o poseían propiedades allí, la tradicional casa del rey David, o que María era de Belén y que tal vez poseía tierras allí. En el relato de Lucas, cuando José llevó a María Belén poco después de su matrimonio, su alojamiento parecía improvisado. Curiosamente, la palabra katalyma, tradicionalmente traducida como “posada” y a menudo interpretada como un caravasar o campamento, también puede significar “habitación” (la otra vez que Lucas utiliza esta palabra, es para la “sala superior” de la Última Cena en Lucas 22:11-12). El relato de Lucas caracteriza ángeles y pastores, quienes encuentran al niño en el bien conocido pesebre, mientras que el relato de Mateo cuenta que los Reyes Magos llegan más tarde, y encuentran a la familia por ese tiempo viviendo ya en una casa.
José parece haber intentado mantener a la familia en Belén, saliendo sólo cuando se le advertía que Herodes quería matar al niño. La muerte de Herodes en el año 4 a.C. ayuda a fechar el relato, ya que es cuando José trajo a la familia de vuelta de Egipto a Nazaret. Al encontrar al inestable hijo de Herodes, Arquelao, como gobernante en Judea, José, de nuevo advertido en un sueño, decidió mejor llevar a la familia a Nazaret que puede haber sido el hogar de María. Sus temores eran justificados; diez años más tarde, en el año 6 d. C., los romanos depusieron a Arquelao a instancias de los mismos judíos, debido a su violencia y mal gobierno. Este fue también el año que Publio Sulpicio Quirino, o “Cirenio”, inició su gobierno en Siria. Aunque el año 6 a. C. es la fecha que Lucas parece dar para el nacimiento de Jesús, históricamente, fue el año en que Judea pasó a ser provincia.