El modo de enseñanza del Salvador era variado. El empleó diferentes maneras de enseñar a las personas con las que se encontraba sobre Dios el Padre.

Sermon-Mount-Jesus-MormonUno de sus métodos favoritos fue contar historias. Estas historias a menudo se les llaman parábolas. Jesucristo empleó parábolas para acercarse a la gente en varios niveles. Aquellos que sabían cómo y estaban dispuestos a escuchar con el corazón eran capaces de sacar significados profundos de las historias. Otros al menos escuchaban una buena historia. Jesús a menudo empleaba la historia para atraer la atención de su audiencia. Después de que se contaba la historia, frecuentemente se explicaba. Otras veces Él las empleaba para mantener a los que no iban con la honesta intención de aprender cosas de las que serían responsables si entendieran. Él pudo dar las enseñanzas que traerían mayores bendiciones sólo a los que escucharan con el corazón.

10 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?

11 El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. (Mateo 13)

Jesucristo también enseñó mediante sermones, como los hacen los ministros hoy en día. Reunía a los que asistían a escucharlo, o a veces solo seleccionaba a algunos y les enseñaba verdades importantes empleando una variedad de métodos: historias, dichos, instrucciones y advertencias o promesas. Esto le permitió tener control sobre el contenido de las lecciones y también le permitió moldear el material a sus oyentes. Él nunca vaciló en cuanto a la verdad durante estos sermones. Él sólo tenía un corto tiempo para cumplir todo lo que se necesitaba hacer, y no perdió tiempo con chistes, evangelio a medias, o cualquier otra cosa que podría sugerir que sus sermones fueran nada menos que un asunto de vida eterna o muerte.

Jesús también enseñaba espontáneamente u organizaba momentos de enseñanza informal. Por ejemplo, cuando se acercó la mujer que estaba siendo lapidada, fue capaz de enseñar una lección en una sola frase, cuando sugirió que la persona que se encontrara sin pecado sea el primero en apedrear a esta mujer por su propio pecado. Los hombres entendieron el mensaje y se marcharon, avergonzados de sí mismos. Sin embargo, Jesús no había terminado la enseñanza. Luego habló con la mujer. Él le dijo que no la juzgaba, dándole un mensaje importante sobre su valor ante Dios. Entonces, le dio instrucciones de que abandonara sus pecados.

Cuando Marta y María tuvieron a Jesús como un invitado en su casa, Marta se preocupó en la cocina, preparando una comida especial para su honrado huésped. Ella se sintió frustrada, porque su hermana, en lugar de ayudar, se sentó a los pies de Jesús, a aprender el Evangelio. Marta le dijo a Jesús que interviniera y Él debe haberla sorprendido al sugerirle que en este momento en particular, María estaba eligiendo la mejor parte. Él no socavaba la necesidad de alimentar a la gente o del cuidar de la casa. Él estaba enseñando una lección sobre elegir las prioridades de acuerdo al momento. Jesús no se preocupaba por una comida de lujo. Él vivía generalmente de manera simple. Habría muchos días en los que Marta podía hacer comidas de lujo para la gente, pero sólo unos pocos en los que se podría sentar tranquilamente y aprender del mismo Salvador.

Estas poderosas lecciones se dieron sin planificación, como surgió el momento. Él nos demuestra la importancia de estar preparados para enseñar en el momento que nos digan, aprovechando lo que esté sucediendo en un momento dado.

Las enseñanzas más poderosas de Jesús pueden ser las que enseñó con el ejemplo. Insistió en vivir de la manera que quiere que nosotros vivamos. Cuando le preguntaron por qué Él sería bautizado, cuando Él era perfecto, Él les recordó que todos tenían que ser bautizados. Nunca se exceptuó de las leyes diarias del evangelio.

Cuando un grupo de niños fueron llevados a ver el Salvador al final de un ajetreado día, los apóstoles querían alejarlos, porque Jesús estaba cansado. Sin embargo, el Salvador los llamó y pasó un tiempo importante hablando con ellos y bendiciéndolos. Él demostró con sus acciones que los niños importaban y que un padre o un maestro, sin importar cuán cansado u ocupado pueda estar, necesita encontrar tiempo para pasar con los niños y más en particular encontrar tiempo para enseñarles el Evangelio.

Otra forma en la que Jesús enseñó fue a través de milagros. Sus milagros demostraron que realmente fue enviado por Dios, pero a menudo también enseñaban una lección. El sanó a personas a las que nadie respetaba o por las que nadie se preocupaba. El sanó a leprosos, quienes fueron alejados de los demás. El sanó a los ciegos, que, en aquellos días, fueron relegados a la mendicidad. El sanó a los pobres y a los ricos por igual.

A través de estas sanaciones a personas consideradas sin importancia, Él nos enseñó cómo tratar a los demás. Él nos ayudó a entender que nuestra responsabilidad no es sólo a los de nuestro círculo social o clase económica, sino con todos. Al hacerlo, le dio dignidad e importancia a aquellos que a menudo se pasaban por alto.

Una historia que demuestra este respeto se refiere a una de las varias sanaciones de un ciego. Este hombre estaba sentado al lado de la calle, mendigando, cuando se enteró que Jesús iba por su camino. Comenzó a llamar al Maestro. Otros le dijeron que se detenga. Era un simple mendigo, no merecedor, en su opinión, de la atención del Salvador. Jesús, sin embargo, pensó diferente. Pidió al hombre que se acercara a él y le preguntó qué podía hacer por él. Habló con el ciego con respeto. Luego, después que el hombre le pidió su visión, Jesús dijo que la propia fe del hombre lo había sanado. Piense en el efecto que esto tuvo sobre aquellos que vieron y escucharon. Aquellos que sintieron que el hombre era indigno de hablar con el Maestro de repente aprendieron que aquel hombre al que habían pasado por alto y subestimado tenía una fe tan extraordinaria que podía lograr su propia sanación. ¿Comenzaron a ver de manera diferente a otras personas que eran pasadas por alto y subestimadas por esto? Fue un gran momento de enseñanza a través de la sanación. La mayoría de las sanaciones que aprendemos involucran a personas que no le importaban a nadie más.

Un apóstol mormón, Jeffrey R. Holland, sugiere que la sanaciones físicas fueron también una metáfora para la sanación espiritual y que lo que Jesús intentó fue que nosotros también veamos a aquellos que necesitan la sanación espiritual de sus almas.

Estos métodos de enseñanza demuestran muchas de las formas en que podemos enseñar a otros en nuestras propias vidas. Jesús fue el maestro de maestros, y Sus historias están a nuestra disposición como un ejemplo a seguir.

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