El mandamiento de tratar nuestros cuerpos como templos tiene un significado particular para los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, a cuyos miembros en ocasiones se les conoce como mormones. Los mormones consideran los templos como la casa de Dios, un lugar donde una persona puede sentir el Espíritu Santo y recibir revelación personal de Dios.
Nuestros cuerpos son un regalo de Dios, hechos a Su imagen, lo que les da una importancia única como regalo. La Biblia enseña:
¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno profanare el templo de Dios, Dios le destruirá a él, porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es (1 Corintios 6:19-20).
El Santo Espíritu, o el Espíritu Santo, habita en nuestros corazones para guiarnos y consolarnos. Como miembro de la Divinidad, no puede habitar en lugares inmundos por lo que necesitamos crear un hábitat para él que sea apropiado. Si no estamos viviendo adecuadamente, no somos receptivos a las enseñanzas del Espíritu.
Daniel nos enseña a respetar nuestros cuerpos
En la Biblia, Daniel, cuando era joven, fue llevado cautivo con sus tres amigos. El objetivo era formar a estos jóvenes seleccionados para el liderazgo. Ellos iban a recibir el vino y la carne del rey para participar de ellos, pero Daniel se negaba. Insistía en una dieta saludable y se negó a beber el vino, queriendo sólo agua en su lugar. Cuando la persona a cargo protestó, él le ofreció un período de prueba. Al final de la prueba, los cuatro chicos estaban mucho más saludables que los otros y todos fueron alimentados como lo habían sido antes. Él comprendía la importancia de ser cuidadosos con lo que tomamos para nuestros cuerpos, aun cuando signifique enfrentarse a la sabiduría común.
Los mormones en la actualidad tienen un código de salud conocido como la Palabra de Sabiduría. Se enseña a los miembros a evitar el alcohol, el tabaco, las drogas ilegales, el café y el té. Se fomenta el uso de granos enteros, frutas y verduras, con un consumo moderado de la carne. Aunque esto se consideraba como algo extraño en el momento en el que se reveló, hoy sabemos que es una manera adecuada de comer.
Ley de Castidad
Además de las normas de salud, el tratar a nuestro cuerpo como un templo también incluye la pureza sexual. Los mormones consideran que el matrimonio es sagrado y enseñan que Dios quiso ciertos comportamientos sean apropiados sólo dentro del matrimonio. La actividad sexual fuera del matrimonio es una violación de las enseñanzas de Dios y muestra una falta de respeto para nuestros cuerpos y para nosotros mismos. Los mormones enseñan a sus hombres y mujeres jóvenes las limitaciones apropiadas para mantener en sus actividades de citas y, cuando se casan, a ser fieles a sus cónyuges.
Relacionado con esto está la modestia en el vestir y la apariencia. Los mormones se visten a la moda y en formas modernas, pero eligen ropa que cubre la espalda, los hombros, el vientre y las piernas por debajo de las rodillas. Estas reglas se aplican tanto a hombres como a mujeres.
Los mormones también tratan de controlar los medios de comunicación que llevan a sus mentes. Ellos eligen música, libros y películas con moral. La pureza de su mente puede afectar todos los demás aspectos de la pureza y por eso importante protegerla.
¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno profanare el templo de Dios, Dios le destruirá a él, porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es (1 Corintios 3:16-17).
Cuando mantenemos nuestros cuerpos y mentes puros, invitamos al Espíritu Santo para que sea nuestro compañero y hacer que sea posible tener las bendiciones que acompañan a Su presencia. El Espíritu Santo es nuestra fuente de verdad, así que tenemos que estar listos en cualquier momento para ser dignos de saber si una nueva idea es verdadera. También nos proporciona seguridad y puede emitir advertencias en momentos de peligro. El Espíritu Santo trae consuelo cuando estamos solos o asustados. Es un don por el que vale la pena hacer sacrificios.
Tener el Espíritu Santo en mi vida ha hecho una enorme diferencia. Yo no soy una persona a la que le gusta adivinar las cosas, y por eso estoy feliz de poder llevar mis preguntas y decisiones importantes a Dios, quien me puede responder a través del poder del Espíritu Santo.
Lea más sobre la forma en que nuestros cuerpos son templos en LDS.org, un sitio web oficial mormón.
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