Cuando se abrieron los cielos a los pastores, primero vieron a un ángel del Señor –suponemos que a Gabriel– diciendo: “No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.”(Lucas 2:10-11). Y, “de repente”, según el relato del Rey Santiago, “apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:13-14).
En el relato de la historia de Navidad, hay una ocasional objeción a la idea de que el nacimiento de Cristo fue anunciado a los pastores por un coro celestial. Esta objeción yace en que el texto de la Biblia no dice que su mensaje fuera cantado. En respuesta, en primer lugar observo que hay traducciones responsables de la Bibliaque informan sobre la hueste celestial “cantando las alabanzas de Dios”. En segundo lugar, sería contrario al orden de adoración en el cielo que una hueste haga otra cosa que no sea cantar, tal como una hueste de textos de las escrituras lo testifica, y en tercer lugar, tenemos constancia de la aparición de otros coros celestiales en otras ocasiones de regocijo. La capacidad musical se sitúa entre los talentos con los que uno podría nacer y con los que alguien pueda traer consigo al mundo. El élder McConkie con frecuencia predicaba la doctrina de que las personas con grandes talentos musicales están trabajando al otro lado del velo para preparar la música y el coro que participará en el regreso de Cristo.
Así como el coro cantó a los humildes pastores de Judea, tal vez tenían compromisos en todo el mundo para anunciar el nacimiento del Salvador entre los restos dispersos de Israel. “sí, y por la boca de ángeles la voz del Señor lo declara a todas las naciones; sí, lo declara para que reciban alegres nuevas de gran gozo; sí, y proclama estas alegres nuevas entre todo su pueblo; sí, aun a aquellos que se hallan esparcidos sobre la superficie de la tierra; por tanto, han llegado hasta nosotros. “(Alma 13:22).
El himno de Navidad, “A medianoche se oyó” es un anuncio de la misma hora de la aparición del coro celestial a los pastores. Este himno tiene como sus raíces un texto de la sabiduría de Salomón, parte de los escritos apócrifos del Antiguo Testamento. El pasaje indica que la “noche a su rápido curso ahora estaba a medio irse” y se refiere al contexto de la destrucción del primogénito de los egipcios en el momento del Éxodo. Sin embargo, esto no ha impedido que los escritores cristianos de verlo como una referencia al momento de nacimiento de Cristo (véase la Sabiduría de Salomón 18:14-15).