¿Alguna vez han querido renunciar a algo? Sé que yo sí. Recuerdo que cuando estaba en la pequeña liga de béisbol (aunque yo soy una chica, quería jugar con los chicos) quería dejarlo una temporada porque era muy difícil, y no estaba recibiendo ningún tiempo de juego. Mis padres me dijeron que podría, pero que si me daba por vencida, nunca me dejarían inscribirme para jugar de nuevo. Debido a esto, seguí adelante. Me encantaba el béisbol, simplemente no me gustaba esta temporada particularmente difícil. No mejoré esa temporada, pero aprendí una buena lección: ¡seguir adelante! Ese año pasó, y se inició la temporada de béisbol que seguía, y yo estaba disfrutando otra vez. Como miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (algunas veces equivocadamente llamada la “Iglesia Mormona“) a menudo aprendo acerca de “perseverar hasta el fin”, de la manera en que nuestros antepasados pioneros mormones hicieron. No siempre es fácil, pero con la ayuda del Señor Jesucristo, es posible, ¡y siempre vale la pena! En un libro titulado Be Not Afraid—Only Believe (No temas, cree solamente), escrito por Ted L. Gibbons y publicado en 2009 por Cedar Fort, Inc. (pp 129-131), Gibbons comparte su percepción, con una historia especial de Thomas Edison, sobre cómo tenemos que seguir adelante ¡incluso cuando se hace difícil!
Tenemos que seguir
¡Esta toma de pruebas es un trabajo duro! Pero no tiene por qué ser desalentador. Podemos seguir adelante. Tenemos que seguir adelante. No podemos abandonar nuestro propósito debido a los contratiempos, el miedo, el dolor, o la impaciencia. Thomas Edison estaba dispuesto a seguir adelante. Me encanta esta historia acerca de él:
[Una] noche de diciembre, el grito de “¡Fuego!” resonó en la planta [de Thomas Edison]. Una combustión espontánea había surgido en la sala de cine. En unos momentos todos los. . . productos inflamables habían fueron consumidos con un silbido…
Cuando no podía encontrar a papá, me preocupé. ¿Estaba a salvo? Con todos sus bienes botando humo, ¿se habría quebrantado su espíritu? Tenía 67 años, no era una edad para empezar de nuevo. Luego lo vi en el patio de la planta, corriendo hacia mí.
“¿Dónde está mamá?”, gritó. “¡Ve por ella! ¡Dile que vaya por sus amigos! ¡Nunca verán un incendio como este otra vez!”
A las 5:30 de la mañana siguiente, cuando el fuego estaba casi bajo control, llamó a sus empleados y anunció: “¡Reconstruiremos!” A un hombre le dijo que arrendara todos los talleres mecánicos de la zona. A otro, que buscara una grúa de demolición de la Compañía del Ferrocarril Erie. Luego, casi como una idea de último momento, agregó, “Oh, por cierto. ¿Alguien sabe dónde se puede conseguir un poco de dinero?”
Más tarde explicó: “Siempre se puede sacar partido del desastre. ¡Hemos limpiado un montón de trastos viejos! Vamos a construir más grande y mejor sobre estas ruinas”. Con eso, enrolló su chaqueta como almohada, se acurrucó sobre una tabla e inmediatamente se quedó dormido (Charles Edison, The Electric Thomas Edison)
La búsqueda de dinero de Edison no es diferente a nuestra propia búsqueda de ayuda cuando nos enfrentamos a los incendios destructivos de la mortalidad que incineran nuestros propios sueños. Pero tenemos un lugar al que podemos ir. Dios diseñó la prueba y el centro de pruebas, Él nos ayudará a pasar el examen.
No importa cuán grave sea la prueba, cuán profunda sea la angustia, cuán grande sea la aflicción, [Dios] nunca nos abandonará. Nunca lo ha hecho y nunca lo hará. Él no puede hacerlo. No es Su carácter [hacerlo]. Él es un Ser inmutable, el mismo ayer, el mismo hoy, y será el mismo para todas las épocas eternas por venir. Hemos encontrado a ese Dios. Lo hemos hecho nuestro amigo, al obedecer Su Evangelio, y Él estará junto a nosotros. Podemos pasar por el horno de fuego; podemos pasar a través de las aguas profundas, pero no ser consumidos ni abrumados. Vamos a salir de todas estas pruebas y dificultades de la mejor y más pura manera, si sólo confiamos en nuestro Dios, y guardamos sus mandamientos (George Q. Cannon, “Freedom of the Saints“, en Collected Discourses, comp. Brian H . Stuy, 5 vols. (1987-1992), 2:185, citado por Jeffrey r. Holland, “Come unto Me“, Ensign, abril de 1998, 19-20).
Yo sé y creo que a través del poder de la Expiación de Jesucristo podemos hacer todas las cosas (véase Filipenses 4:13). Si queremos hacer grandes cosas, tenemos que ser como los grandes del pasado, que han perseverado a través de tiempos difíciles. Así es como son las cosas. Como un jugador de las Grandes Ligas de Béisbol, su éxito sólo llegó a través de mucha práctica, con muchos tiros en falta, y capturas erradas a lo largo del camino.
Los invito a acercarse a Jesucristo reuniéndose con los misioneros mormones y leyendo y orando acerca del Libro de Mormón. He leído este libro, he orado al respecto, y he recibido un testimonio de Dios que es verdad, que es su palabra.
Este artículo fue escrito por Ashley Bell, miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
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