Por Doris

En Mateo 20:25-28, Jesús enseñó:

Sabéis que los gobernantes de los gentiles se enseñorean sobre ellos, y los que son grandes ejercen sobre ellos potestad.

Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor;

y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo,

así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.

mormon-jesus-niñosJesús enseñó tanto por palabra como por ejemplo que debemos servirnos los unos a los otros. Todo Su ministerio se centró en servir a los demás, y Él nos ha ordenado a seguir Su ejemplo.

El rey Benjamín, un profeta del Libro de Mormón, enseñó que “cuando os halláis al servicio de vuestros semejantes, sólo estáis al servicio de vuestro Dios” (Mosíah 2:17).

Muchas veces Jesús enseñó que los primeros serán los últimos y que los últimos serán los primeros (Mateo 19:30). Sólo aquellos que entregan sus vidas al servicio del Señor recibirán la vida eterna.

Jesucristo vivió Su vida sirviendo a los demás. Él sanó; lavó los pies de Sus discípulos, enseñó. Más importante, realizó la Expiación por todos nosotros.

Cuando Jesucristo tomó sobre Sí mismo los pecados y pesares del mundo, Él realizó el acto de servicio supremo y el acto de amor definitivo. Él ha tomado sobre Sí las consecuencias de todo pecado. Ha pagado el precio que la justicia exigía por el pecado, y ha hecho esto en nuestro nombre para que no tengamos que hacerlo. Debemos seguirlo y obedecer Sus mandamientos con el fin de ser purificados por Su expiación, pero Él ha hecho posible que volvamos a vivir con Dios.

Jesucristo no buscaba el poder y advirtió a Sus seguidores acerca de buscar poder. El deseo de poder, fama y riqueza lleva a la corrupción. Los motivos del servicio de Jesucristo fueron puros. Él sirvió (y sirve) no porque quisiera reconocimiento o alabanza, sino porque servir a los demás hace feliz a Dios y queda complacido con nosotros. Si deseamos vivir con Dios nuevamente, debemos ser como Él, y sólo podemos crecer más como Él guardando los mandamientos. En Juan 13:34, Jesús le dio a Sus discípulos el mandamiento de amarse los unos a los otros: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis los unos a los otros”.

Se nos ordena a amarnos los unos a los otros, y si lo hacemos, estaremos sirviéndonos los unos a los otros. ¿Cómo lo sabemos? Porque Jesucristo pasó Su vida haciendo esto.

Tener caridad, el amor puro de Cristo, significa ayudar por el hecho de poder y de querer. Queremos elevar a nuestros vecinos porque es lo correcto que hay que hacer. Los amamos, por lo tanto queremos que les vaya bien. La generosidad es esencial si queremos volvermos más como Cristo. Debemos seguir Su ejemplo divino de amor y servicio.

Recursos Adicionales:

El Señor Jesucristo en el mormonismo
La Biblia en el mormonismo
Los mormones creen

el-seor-de-todo-es-el-siervo-de-todos-cristo-y-el-servicio-jesucristo