Zaqueo-mormonZaqueo era un recaudador de impuestos. Era rico, un pecador, y no era muy querido por el pueblo. Sin embargo, cuando se enteró de que Jesús venía a la zona, sintió el deseo de ver a este hombre del que había oído hablar tanto. Hubo otros muchos que querían verlo también, y las calles estaban llenas de gente. Zaqueo, que no era muy alto, no podía ver por encima de la multitud. En su desesperación, trepó a un árbol para poder mirar por encima de las cabezas de la multitud.

Finalmente, llegó Jesús. Mientras observaba al hombre que algunos sabían que era el Salvador, se sorprendió al escuchar que Jesús lo llamaba por su nombre. Jesús le dijo a Zaqueo que bajara del árbol, porque Él –el mismo Jesucristo–iba a quedarse en su casa esa noche.

Las multitudes que escucharon el intercambio de palabras se asombraron. De todas las personas espirituales y morales de la multitud, Jesús había elegido para tomar sus alimentos y el alojamiento con un pecador conocido. Muchos probablemente no entendían por qué iba a hacer tal cosa. Para algunos, podría incluso haber sido un reto a su fe.

Para aquellos que realmente entienden el plan de Dios, sin embargo, la elección de Jesús tenía completo sentido. El evangelio no es sólo para el perfecto o el ya convertido. Dios quiso que Su Evangelio fuera a todo el mundo. Si Jesús había enseñado sólo a aquellos que ya estuvieran convertidos y fueran perfectos, Él no habría convertido a nadie en absoluto. Es el pecador el más necesita de lo que Jesucristo tiene para ofrecer.

La elección de Jesús de ser un invitado a la cena fue muy inspirada. Zaqueo se sintió tan conmovido por la bondad inesperada de Jesús en escogerlo a él y fue tanto lo que Jesús le enseñó durante su visita, que él escogió arrepentirse y devolver a cada persona que él había engañado en su carrera. Él también optó por dar la mitad de su fortuna a los pobres.

Jesús podría haber fortalecido un testimonio existente si hubiera elegido a un miembro de la Iglesia para cenar con él, pero su impacto en la elección de un pecador, fue mucho mayor. Él fue capaz de transformar completamente una vida a través de su bondad para con alguien que nadie más respetaba o se preocupaba.

Lea el relato de Zaqueo en el Nuevo Testamento

Como con la mayoría de los acontecimientos en la vida del Señor Jesucristo, varias lecciones surgen de este pequeño acontecimiento en la vida del Salvador.

David A. Baxter, un líder mormón de alto nivel de la Iglesia, contó de cuando escuchó esta historia como un niño cuando aún no era mormón. (Mormón es un apodo que utilizan a veces para referirse a los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.) Su infancia fue muy difícil. Su madre se había divorciado varias veces y él y sus hermanos vivían en una pobreza terrible en Escocia. A medida que el niño escuchaba la historia en una iglesia del vecindario, pensó en cuán maravilloso era que Jesús había sabido el nombre de Zaqueo a pesar de que ellos nunca se habían conocido. Se preguntó si Jesús también sabía su nombre. Pensó que si un mal hombre como Zaqueo pudo ser salvado, tal vez un niño pobre y su familia en la lejana Escocia también se podrían salvar.

Cuando David fue mayor, llegó a comprender que el Evangelio era para todos, incluso los niños pobres que viven en circunstancias difíciles. En efecto, Jesús sabía su nombre y lo amaba, aun como el Salvador amaba a Zaqueo.

Es importante que nosotros entendamos que Jesús conoce nuestros nombres y nos ama. Él quiere que todos acepten Su Evangelio, independientemente de los errores que hayamos cometido en el pasado, nuestra posición social, y nuestra popularidad en el mundo. A medida que vemos cómo Jesús realizó su ministerio, observamos que pasó gran parte de Su tiempo entre los pobres, las personas con discapacidad, los impopulares, y los pecadores. Muchas de estas personas estaban sorprendidas por la amabilidad que Jesús les mostraba porque no estaban acostumbrados a la bondad.

La historia de la conversión de Zaqueo también enseña la importancia del arrepentimiento. Nadie es tan pecador que no pueda Sermon-Monte-Jesus-Mormonarrepentirse y volver a empezar. El Evangelio de Jesucristo tiene un fuerte impacto transformador en los que lo aceptan, pero a veces la transformación es sorprendente cuando se trata de alguien que había caminado lejos de las normas cristianas. La historia de Zaqueo nos enseña a quienes están viviendo vidas pecaminosas que pueden arrepentirse y unirse a la comunidad de los creyentes, recibir el perdón de sus pecados, y empezar de nuevo. El comienzo no es fácil, pero vale la pena.

La historia de Zaqueo también tiene un mensaje para los creyentes. No tenemos el derecho de decidir quién debe o no debe recibir el Evangelio de Jesucristo. Los apóstoles lo enviaron a todo el mundo y no sólo a los creyentes rectos o actuales. Si nos asociamos  únicamente con los miembros de nuestra propia fe, nunca tendremos la alegría de ayudar a que el Espíritu Santo susurre la verdad a los que no lo conocían. Sólo Dios puede decidir quién tiene derecho a escuchar el evangelio, no nosotros. Debemos ofrecerlo a todos los que conocemos. Es este conocimiento que lleva a los mormones a compartir su fe a través de misiones de tiempo completo y conversaciones diarias con cualquiera que quiera escuchar. No podemos saber quien anhela la gracia transformadora del Evangelio.

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