Cuando los mormones celebran el día de la madre, a menudo se toman un tiempo para honrar también a una de las madres más importantes de la historia; María, la madre de Jesús tuvo un rol muy difícil en la vida y uno que afectó la eternidad por medio de su fe.

Los mormones creen que Jesucristo es el Hijo de Dios y de María. A pesar de los rumores que prevalecen, no creen en que esto ocurrió por medio de la intimidad porque tanto en la Biblia como en el Libro de Mormón dicen que María era una virgen cuando Jesús nació. Tampoco creen que el Espíritu Santo sea el padre de Jesús, dado que la Biblia específicamente dice que el Padre del Señor es Dios. Aunque los mormones no saben cómo sucedió la concepción, no es importante dado que no tiene efecto en la vida eterna. Saben sólo que se fue hecho con respeto.

Angel-Gabriel-Maria-MormonLos mormones creen que la herencia dual de Jesucristo, tanto dual como divina, son esenciales para Su misión eterna como el Salvador. A causa de Su mortalidad, fue capaz de experimentar aquellas cosas que los mortales experimentaban, pero debido a Su divinidad, fue capaz de vivir una vida libre de pecado, expiar por los pecados de los de más, y resucitar de la muerte.

María fue escogida por Dios para ser la madre de Jesucristo. Fue un llamamiento, una responsabilidad sagrada criar al Hijo de Dios. Ella tuvo que aceptar un milagro en su vida y luego hacer frente a las consecuencias mortales del milagro. José inicialmente estuvo molesto por su embarazo, hasta que se enteró de su propósito milagroso. Tenía una elección, pero eligió obedecer el mandamiento del ángel y casarse con María. Él tenía una importante responsabilidad de ser el padre y criador de Jesús, proporcionando un modelo de rol masculino y cumpliendo el papel de un padre terrenal.

María cumplió sus instrucciones con valor y gracia. Ella y José obedecieron todos los impulsos y mandamientos con el fin de asegurarse de que las profecías fueran cumplidas y que Jesús estuviera a salvo. Está claro que ella y José eran seres espirituales, bien adaptados para su papel divinamente asignado.

La gente del Libro de Mormón sabía de María, aun cuando vivieron en lo que ahora se conoce como las Américas. Sus profetas la vieron en una visión y sabían que ella sería una madre virgen y que Dios la había elegido para este papel. La honraban aún antes de que naciera y esperaban impacientes el nacimiento de su hijo.

La siguiente es una visión registrada en el Libro de Mormón, un libro que los mormones utilizan como un complemento de la Biblia. Esta visión fue brindada a un adolescente llamado Nefi, cuyo padre Lehi era un profeta que había tenido esta visión:

13 Y sucedió que miré, y vi la gran ciudad de Jerusalén, y también otras ciudades. Y vi la ciudad de Nazaret, y en ella vi a una virgen, y era sumamente hermosa y blanca.

14  Y ocurrió que vi abrirse los cielos; y un ángel descendió y se puso delante de mí, y me dijo: Nefi, ¿qué es lo que ves?

15  Y le contesté: Una virgen, más hermosa y pura que toda otra virgen.

16  Y me dijo: ¿Comprendes la condescendencia de Dios?

17  Y le respondí: Sé que ama a sus hijos; sin embargo, no sé el significado de todas las cosas.

18  Y me dijo: He aquí, la virgen que tú ves es la madre del Hijo de Dios, según la carne.

19  Y aconteció que vi que fue llevada en el Espíritu; y después que hubo sido llevada en el Espíritu por cierto espacio de tiempo, me habló el ángel, diciendo: ¡Mira!

20  Y miré, y vi de nuevo a la virgen llevando a un niño en sus brazos (1 Nefi 11).

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