¿Jesús pudo haber pecado? Si Él no podía pecar, entonces ¿cuál fue el propósito de la tentación?
Toda persona que alguna vez fue creada por el Padre Celestial recibió el don del albedrio moral, que es el derecho a tomar decisiones. Esto incluye a Jesucristo. El don que el Salvador nos dio fue entregado de manera voluntaria, lo cual fue una parte necesaria del don. Esto significa que cuando Satanás intentó tentar a Jesús, ciertamente Él pudo haber caído en tentación. Dios sabía, cuando Él envió a Jesús, que Su Hijo no pecaría, pero que tenía la capacidad de hacerlo si así lo elegía.
Howard W. Hunter, un antiguo profeta de los mormones, habló sobre este tema antes ser profeta. El élder Hunter, como era llamado en ese entonces, dijo: “Es importante recordar que Jesús tenía la capacidad de pecar, que pudo haber sucumbido, que el plan de vida y de salvación pudieron haber sido frustrados, pero que Él permaneció fiel. Si no hubiera existido una posibilidad de caer en la tentación de Satanás, no existiría una prueba real, como consecuencia no existiría una verdadera victoria. Si se le hubiera despojado de la facultad de pecar, habría sido despojado de su albedrío. Fue él quien llegó a salvaguardar y garantizar el albedrío del hombre. Él tuvo que mantener la capacidad y la habilidad de pecar porque así lo deseaba. Pablo escribió, “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia” (Hebreos 5:8), y “fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15). Él era perfecto y sin pecado, no porque tenía que serlo, sino más bien porque con convicción y firmeza Él quería serlo. Doctrina y Convenios registra: “Sufrió tentaciones pero no hizo caso de ellas” (D. y C. 20:22) (Howard W. Hunter, “Las tentaciones de Cristo”, Ensign, noviembre de 1976, 17).
El albedrío fue una parte fundamental del plan de Dios para nosotros. Las creencias mormonas enseñan que antes de que naciéramos, Dios creó nuestros espíritus y nos permitió vivir con Él como espíritus por algún tiempo. Teníamos albedrio y nuestras propias personalidades. Nuestro crecimiento y desarrollo se iniciaron allí. Algunos optaron por ser más justos que otros, tal como se hace ahora aquí. Cuando llegó nuestro momento de venir a la tierra, Dios explicó su plan para nosotros. Recibiríamos cuerpos y familias, pero no recordaríamos el tiempo que pasamos en el cielo. Tendríamos que buscar la verdad, aceptarla, tener fe y vivir por ella. La vida sería una prueba, y como tal, a menudo cometeríamos errores y pecaríamos. Dado que la justicia requeriría perfección, algo que no es posible para las personas totalmente mortales, Dios nos entregaría un Salvador, alguien cuya ascendencia combinaría lo mortal y lo divino, alguien que viviría una vida perfecta, y que, por elección, moriría por nuestros pecados.
Lucifer quería el trabajo pero tenía la firme intención de derrocar el plan de Dios. Sin tener el deseo de sufrir por nuestros pecados, su plan incluía quitarnos nuestro albedrío. Vendríamos a la tierra solamente como títeres. Él controlaría cada una de nuestras acciones y todo pensamiento, haciendo imposible que pequemos y burlándose de la prueba. De esta manera, todos tendríamos garantizados el derecho a regresar a Dios, pero Lucifer no necesitaría sufrir por nosotros ya que no habría pecado que expiar. Se trataba de un plan egoísta y la mayoría lo rechazó. Jesucristo se ofreció a ser nuestro Salvador y estaba feliz de seguir el plan que Dios tenía para nosotros. Él estaba dispuesto a sufrir los dolores de Getsemaní y la cruz porque Él amaba a Dios y Él nos amaba a nosotros. Él comprendió que el albedrio era esencial para nuestras experiencias en la tierra y no intentó arrebatárnoslo.
También sabía que era esencial para Su propia experiencia en la tierra. Él necesitaba experimentar las pruebas y las tentaciones de la vida, y demostrar Su habilidad y voluntad para evitar la tentación y hacer frente a las pruebas. Sólo así, podría entender lo que enfrentábamos, y sólo con Sus sacrificios realizados libremente podría ocurrir la expiación. Era un don que debía ser entregado voluntariamente.
Las tentaciones reflejaban los tipos de tentaciones que enfrentamos en nuestras propias vidas. Él ya había sido bautizado y había ayunado durante cuarenta días, quedando débil. Cuando nuestros cuerpos están débiles, nos parece más difícil resistir a la tentación.
El élder Hunter citó a David O. McKay, otro antiguo líder de la iglesia, quien dijo: “Clasifiquen esas tentaciones y verán que bajo una de esas tres casi todas las tentaciones que nos manchan a ustedes y a mí nos acometen como (1) la tentación de los apetitos; (2) el ceder ante el orgullo, los estilos y la vanidad de los que se han alejado de las cosas de Dios, y (3) el satisfacer, el deseo de obtener las riquezas del mundo o el poder entre los hombres”, y luego dijo: “¿Cuándo y por qué vienen las tentaciones? Vienen a nosotros en nuestras reuniones sociales, vienen a nosotros en nuestras bodas, vienen a nosotros en nuestra política, vienen a nosotros en nuestras relaciones comerciales, en la granja, en el establecimiento mercantil, en nuestras relaciones, en todos los asuntos de la vida, nos encontramos con estas insidiosas influencias cuando estamos trabajando y cuando éstas se manifiestan a la conciencia de cada persona es cuando se debe ejercer la defensa de la verdad” (David O. McKay, Conference Report, octubre de 1911, pág. 59)
Jesús mantuvo su mirada en los objetivos eternos, no en las tentaciones a corto plazo y por lo tanto, mantuvo su rol como un perfecto Redentor. Al tiempo que demostraba Su compromiso personal con el Evangelio y con Su función en el mismo, también nos dejó un ejemplo. Nosotros nos enfrentaremos a retos similares en nuestras propias vidas, y aunque no podremos ver directamente a Satanás delante de nosotros, debemos aprender a reconocer sus tentaciones en las formas más sutiles y desarrollar la fortaleza, el coraje y la visión eterna para apartar a Satanás.
es genial lo q dice aqui.. eso es la mera verdad.. no sabia q jesus tambien era tentado de la misma forma q nosotros y como ppudo resistir todas esas tentaciones.. asi es q tenemos q ser resistir y no desistir al igual q Jesus
Cuando se usa el termino “creencias mormonas”, reflexiono en porque a veces se utiliza ese termino inadecuadamente, ya que la doctrina de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Dias, (llamados indebidamente “mormones”)esta basada en la Doctrina y enseñanzas del Señor JESUCRISTO quien es el centro de nuestra atencion y el unico medio para ser salvos y volver a la presencia de Dios, no entiendo porque muchas veces se menciona “los mormones” o la Iglesia “Mormona” cuando el nombre de Mormon se utiliza solo en El Libro de Mormon y apreciamos sus enseñanzas, me parece totalmente fuera de lugar el termino Mormon, para identificar la Iglesia del Señor.
Así es hermano. Estoy totalmente de acuerdo. Solo que para las personas que no nos conocen es más fácil decirnos “mormones” que “miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”. Muchos no conocen el nombre completo o correcto de nuestra Iglesia y por eso se han puesto sitios como losmormones.org laiglesiamormona.com religionmormona.com etc, para poder explicar a las personas que “mormones” es sólo un apodo.
Es cierto que para los no miembros les resulta mas facil llamarnos “Mormones”, sin embargo somos nosotros quienes debemos aclarar el nombre por el cual debemos ser llamados, esto es “Miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Dias” o “Santos de los Ultimos Dias” (como abreviacion), a fin de cumplir con las orientaciones de nuestros lideres actuales y lo que las escrituras indican el nombre por el cual debemos ser llamados (El Libro de Mormon tambien lo indica).
jesus era hombre como nososoteos sufrio conmo nosoteos lloro como nosotro
tuvo sentimiento y amor cmo nosotros por lqa cual podia pecar pero el amava tnto a Dios q su comida y su bebida era aser la voluntad d Dios x la cul nunka peco la rendencion estava en su mano
Esta pregunta está dividida en dos categorías. Es importante recordar que esta no es una pregunta acerca de si Jesús pecó. Ambos lados concuerdan, como claramente lo establece la Biblia, que Jesús no pecó. La pregunta es si Jesús pudo haber pecado. Aquellos que sostienen la impecabilidad creen que Jesús no pudo haber pecado. Aquellos que sostienen la pecaminosidad, creen que Jesús pudo haber pecado, pero no lo hizo. ¿Cuál postura es la correcta?. La clara enseñanza de la Escritura es que Jesús fue impecable, sin mancha – Jesús no pudo haber pecado. Si Él hubiera pecado, Él aún podría hacerlo ahora, porque Él retiene la misma esencia que tuvo mientras vivió en la tierra. Él es el Dios-Hombre – y así permanecerá para siempre, reteniendo su plena Deidad y su plena humanidad contenidas en una Persona y siendo indivisible. El creer que Jesús pudo pecar, es creer que Dios pudo pecar. Colosenses 1:19 dice, “Por cuanto agradó al Padre que en Él habitase toda plenitud”, y en Colosenses 2:9, “Porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad.”
Aunque Jesús es plenamente humano, Él no nació con la misma naturaleza pecaminosa con la que todos hemos nacido. Él ciertamente fue tentado de la misma manera que lo somos nosotros, y esas tentaciones le fueron presentadas por Satanás, sin embargo permaneció sin pecado, porque Dios es incapaz de pecar. Es algo contra Su propia naturaleza (Mateo 4:1; Hebreos 2:18, 4:15; Santiago 1:13). El pecado es por definición la trasgresión de la Ley. Dios creó la Ley, y la Ley es por naturaleza lo que Dios haría o no haría; por lo tanto, el pecado es todo lo que Dios no haría por Su misma naturaleza.