Un documento que recientemente se ha hecho de conocimiento público es el Evangelio de Judas. Este texto fue descubierto cerca de El Minya, Egipto, a principios de los años 1970. Al igual que otros documentos del Nuevo Testamento y los códices de Nag Hammadi, este manuscrito en papiro sobrevivió a causa de las condiciones de clima seco de Egipto. El texto fue trasladado de Egipto a Europa y luego a los Estados Unidos, donde se guardó en una caja de seguridad en Long Island, Nueva York, durante dieciséis años.
Finalmente, el manuscrito fue adquirido por National Geographic, a través de una serie de contribuciones institucionales y de donaciones privadas. Al igual que muchos anteriores descubrimientos de manuscritos, varias personas trataron de utilizar el manuscrito para beneficio personal, lo que retrasó el proceso de publicación. El Evangelio de Judas fue descubierto junto con otros tres textos muy dañados, pero hasta la fecha sólo el evangelio se ha traducido y se ha hecho público.
Quizás para algunos es sorprendente el hecho de que el Evangelio de Judas, o tal vez una versión del mismo, se encontraba en circulación a principios del siglo II d.C. Ya por el año 180 d.C., Ireneo, obispo de Lyon, denunció el Evangelio de Judas como un texto gnóstico que se propone transmitir los secretos de la última semana de la vida de Jesús, así como una revelación del orden de los cielos. Hasta hace poco, los estudiosos han estado adivinando el contenido específico del Evangelio de Judas, pero la reciente publicación del texto hace obvio que Ireneo tenía razón por lo menos en un punto.
El documento es de origen gnóstico, aspecto que es evidente cuando en él Jesús enseña a Judas a sobre el malvado dios creador que se oponían al verdadero Dios de los cielos. Los apóstoles, que en el texto parecen haber erróneamente seguido al malvado dios creador, no se dan cuenta de que Judas entiende la verdadera naturaleza del Dios de los cielos.
El texto probablemente se origina a partir de círculos gnósticos en Egipto en el cambio de siglo, y muy similarmente a su primo-el Evangelio de Tomás-este texto apoya la creencia gnóstica de que se transmitieron enseñanzas secretas a los discípulos. De hecho, el texto comienza de manera similar al Evangelio de Tomás, cuando informa “El relato secreto de la revelación que Jesús habló en conversación con Judas Iscariote durante una semana tres días antes de celebrar la Pascua” (Traducción del New York Times, 2006).
¿Qué es Gnosticismo?
El gnosticismo, por definición, es una creencia en el conocimiento y misterios ocultos (griego Gn?sis), que supuestamente fueron transmitidas a los discípulos a través de revelación privada. Estos misterios a menudo describen cómo el alma asciende en la otra vida. Según el pensamiento gnóstico, intermediarios angelicales, llamados arcontes, permanecen en el camino del progreso del alma, y, por lo tanto, el creyente gnóstico debe descubrir la manera de pasar ileso por los intermediarios. Muchos textos gnósticos transmiten los nombres de los intermediarios angelicales.
El gnosticismo no era un movimiento monolítico dentro de la iglesia, por el contrario, habían muchas diferentes creencias y prácticas entre los gnósticos. La mayoría de los debates del gnosticismo se refieren a las formas de segundo siglo de la religión, como Valentiniana, Setiana, Barbelo, y otras formas de gnosticismo. Por lo tanto, es difícil hablar de una única forma o creencia entre los gnósticos. Tal vez, sin embargo, la característica más generalizada entre las sectas gnósticas era la idea de que Jesús era un revelador de enseñanzas secretas-pero no el salvador del mundo. Él no redimió a la humanidad a través de una muerte en sacrificio como los Evangelios canónicos nos enseñan, sino que redime a la humanidad a través de la transmisión de enseñanzas secretas.
El gnosticismo es mencionado explícitamente en el Nuevo Testamento cuando Pablo denuncia el movimiento a Timoteo diciendo: “Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia [gnosis], la cual profesando algunos, se desviaron de la fe” (1 Timoteo 6:20-21). Otros dichos de los apóstoles pueden haber sido dirigidos a las enseñanzas gnósticas.