Ten-Lepers-Jesus-MormonEn el mundo moderno, la lepra, conocida como enfermedad de Hansen, es muy rara en los países desarrollados. La condición puede ser tratada a través de la medicina moderna; sin embargo, es fatal si no se trata. La lepra real deforma gravemente la piel y los huesos, paralizando poco a poco a sus víctimas volviéndolos discapacitados permanentemente antes de sufrir una muerte dolorosa.

En el siglo XX, los arqueólogos han descubierto evidencias del primer siglo de la enfermedad de Hansen en Judea y Galilea, proporcionando una clara evidencia de que las descripciones populares de víctimas desfiguradas y deformadas pueden ser más exactas de lo que se pensaba recientemente.

La ley mosaica dedica todo un capítulo (Levítico 13) a la identificación, tratamiento y cuarentena de las víctimas de la lepra. La descripción de los síntomas de la lepra en ese capítulo no es coherente con lo que hoy llamamos lepra. Más bien, el capítulo parece agrupar una serie de graves enfermedades de la piel bajo el título de la lepra.

Psicológicamente, la lepra se asoció a ser maldecido por Dios (ver 2 Crónicas 26:16-21). Cuando la gente en los tiempos bíblicos fue curada de la lepra, se le obligaba a ofrecer sacrificio y someterse a la purificación (Levítico 14:1-32). El elaborado ritual de limpieza asociado al hecho de ser curado de la lepra subyace en la declaración de Jesús a la persona curada de lepra en Marcos 1:44. En contraste con otras curaciones que Jesús realizó, con la lepra, Él mandó a aquellos que Él había sanado a seguir las indicaciones de limpieza de la ley de Moisés después de su curación (Mateo 8:1-4 y Lucas 5:12-14; 17:11-19).

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