Las creencias mormonas tratan la caída de Adán de manera diferente que la mayoría de las religiones y sus enseñanzas acerca de Eva son aún mayores, una afirmación de que Dios valora la sabiduría y las contribuciones espirituales de las mujeres.

La Caída de Adán se refiere al tiempo en que Adán y Eva vivían en el Jardín de Edén. Dios les dijo que Adam and Eve Mormonpodían comer de cualquier árbol en el jardín, excepto de uno, el árbol del conocimiento del bien y del mal. Sin embargo, les recordó que tenían agencia y podían decidir por sí mismos, pero debían recordar que morirían si comían de él. Finalmente, optaron por comer de ese árbol y fueron expulsados del jardín al mundo de los mortales. La muerte fue posible y sus cuerpos fueron mortales. Tenían que empezar a trabajar por las cosas que necesitaban. A esto se le conoce como la caída de Adam. Muchos ven este evento como una gran tragedia que causó que todos los que vinimos después tengamos que enfrentar dificultades y pruebas. Sin embargo, los mormones entienden que Adán y Eva actuaron con gran sabiduría al hacer su elección. Mientras estaban en el Jardín, sus cuerpos no eran mortales y no podían tener hijos. Por esa razón, de haber elegido egoístamente seguir viviendo una vida de tranquilidad en el Jardín, ninguno de nosotros podría haber nacido.

Los mormones creen que nuestros espíritus fueron creados por Dios y que vivieron con él durante un tiempo en el Cielo antes de la formación de la tierra. Si nuestros primeros padres no dejaban el jardín, todos estos espíritus hubieran estado atrapados, incapaces de avanzar. Las creencias mormonas dicen que la mortalidad es la pieza central de nuestra existencia, con vida premortal antes de ésta y nuestras vidas después de la muerte después de ésta. La mortalidad nos fue dada como un tiempo para ser probados, para tener familias y tener experiencias que nos permitan algún día regresar a la presencia de Dios, si vivimos el Evangelio. El Jardín fue un excelente lugar de transición para Adán y Eva mientras se preparaban para la experiencia completa de la mortalidad. Fue, en cierto sentido, su infancia, pero no podemos ser niños para siempre y convertirnos en lo que somos capaces de ser.

Los mormones creen que Adán y Eva estaban preparados para esta experiencia antes de sus creaciones y estaban bajo la tutela de Dios en el Jardín. Cuando la serpiente se le acercó a Eva, ésta esperaba arruinar el plan de Dios, pero en realidad ayudó a continuarlo. Las Escrituras no dicen que Eva tomó una decisión inmediata y por eso puede haber pasado un tiempo pensándolo. Ella comprendió que su llamado divino era la maternidad – Adán la llamó Eva, que significa madre de todos los vivos. Ella comprendió que tenía que abandonar el Jardín y experimentar sufrimiento para cumplir esa función. El anhelo de la maternidad es un don dado a la mujer y le fue dado a Eva.

Los mormones creen que Eva fue valiente y generosa en su decisión de renunciar a los placeres del jardín para que el resto de nosotros venga a la tierra a vivir. Adán honró su elección y siguió su ejemplo, sabiendo que era lo correcto.

Además de ser capaces de formar una familia, dejar el Jardín les permitió cumplir con las otras responsabilidades de la mortalidad. Sin pruebas, no podían aprender todo lo que necesitaban saber. Ellos necesitaban experimentar la gama de emociones con el fin de apreciar las buenas emociones. Tenían que estar enfermos para apreciar la salud.

El Libro de Mormón resume como los mormones ven la caída de Adán:

22 Pues, he aquí, si Adán no hubiese transgredido, no habría caído, sino que habría permanecido en el jardín de Edén. Y todas las cosas que fueron creadas habrían permanecido en el mismo estado en que se hallaban después de ser creadas; y habrían permanecido para siempre, sin tener fin.
23 Y no hubieran tenido hijos; por consiguiente, habrían permanecido en un estado de inocencia, sin sentir gozo, porque no conocían la miseria; sin hacer lo bueno, porque no conocían el pecado.
24 Pero he aquí, todas las cosas han sido hechas según la sabiduría de aquel que todo lo sabe.
25 Adán cayó para que los hombres existiesen; y existen los hombres para que tengan gozo.
26 Y el Mesías vendrá en la plenitud de los tiempos, a fin de redimir a los hijos de los hombres de la caída. Y porque son redimidos de la caída, han llegado a quedar libres para siempre, discerniendo el bien del mal, para actuar por sí mismos, y no para que se actúe sobre ellos, a menos que sea por el castigo de la ley en el grande y último día, según los mandamientos que Dios ha dado (2 Nefi 2:22-26 en el Libro de Mormón).

La caída fue una parte planeada y esencial de nuestro plan eterno, aunque Adán y Eva tuvieron un control completo sobre si iba a ocurrir o no, porque ellos, como nosotros, tenían albedrío. Dios, que es cariñoso y bondadoso, preparó un Salvador para venir a redimirnos de los efectos de la caída, para que podamos ser salvados y regresar a la presencia de Dios. La expiación cubre la transgresión de Adán y Eva.

Eva es honrada como una heroína por su papel en la Caída, y a las mujeres mormonas se les enseña que ella representa nuestra responsabilidad personal para con nuestra propia comprensión espiritual y liderazgo. Las mujeres son consideradas igualmente capaces de comprender la compleja doctrina y de tomar sus propias decisiones espirituales y se les enseña a estudiar las Escrituras por si mismas, en lugar de confiar en sus padres y esposos para interpretar las Escrituras por ellas. Además, las mujeres están invitadas a hablar y predicar en la iglesia, incluso en las conferencias internacionales y a los hombres se les enseña a escuchar a su consejo.

Neal A. Maxwell, un antiguo apóstol, dijo, “los matrimonios mormones no deben ser matrimonios en los que los hombres son los teólogos y las mujeres son las cristianas, debemos avanzar juntos, para que los hombres finalmente no puedan ir donde sea que importe sin las mujeres.” (Véase Neal A. Maxwell: ¿Por qué debes seguir adelante?, Compañía de Libros Deseret, Ciudad de Lago Salado, Utah, 1977)

Los mormones no enseñan la doctrina del pecado original. Ellos enseñan que somos castigados sólo por nuestros propios pecados, y no por los de alguien más, incluyendo las transgresiones de Adán y Eva. Si bien hubo consecuencias generacionales que nos han transmitido, no se nos considera responsables de sus elecciones. Por ello, los mormones enseñan que los niños pequeños no necesitan el bautismo. Están libres de pecado hasta que alcancen la edad de responsabilidad, que es a los ocho años de edad.

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